¿Estás pensando en comprarte un móvil acuático, pero no te fías de que el dispositivo de verdad se pueda sumergir sin sufrir ningún deterioro? Lo cierto es que los móviles no están pensados para usar bajo el agua por el tema de la pantalla táctil, pero sí que pueden contar con protección frente a pequeños accidentes, como caídas en piscinas (o váteres, ¡que a más de uno le ha pasado!).
Por suerte, existe un estándar internacional que nos permite saber qué podemos hacer y qué no con nuestro móvil según los distintos rangos de protección que tenga nuestro smartphone. Es el estándar Internacional Protection, expresado como IP y dos números (o una X y un número).
Las letras IP marcan el comienzo del estándar de Protección Internacional y los números siguientes indican la resistencia del dispositivo frente al polvo y al agua dulce. Más concretamente, el primer dígito indica el nivel de protección frente al polvo y el segundo el nivel de protección frente al agua. Cuanto más altos sean cada uno de los valores, más protección.
De esta forma, podemos encontramos un dispositivo que sea IP1X, lo que indica que no está protegido frente a agua y que tan solo protege frente a objetos sólidos de menos de 50 mm de diámetro. O por ejemplo IP6X, lo que supone una protección completa frente a polvo y SIN protección frente a agua. El mayor nivel de protección frente al polvo es el 6.
Y al revés, un IPX1 protege frente a agua vertida pero no especifica nada sobre polvo, y un IPX7 sigue sin proteger frente a partículas sólidas, pero permite la inmersión en agua. Por ejemplo, los succionadores femeninos que se pueden usar bajo el agua (bañera, jacuzzi, etc.,) tienen esta protección, IPX7.
El mayor nivel alcanzable de protección frente al agua es el 8, y es el que aparece en los móviles sumergibles tope de gama. Por ejemplo, el iPhone 12, que es un modelo sumergible, tiene una calificación IP68. El 8 implica que se puede sumergir hasta cierta profundidad y durante cierto tiempo (que el fabricante debe especificar). En el caso del móvil Apple antes mencionado, es hasta 6 metros y durante 30 minutos como máximo.
Y aunque el IP68 es lo mejor que puedes comprar si buscas protección frente a agua, también hay móviles acuáticos IP67 que se pueden sumergir. Entonces… ¿cuál es la diferencia entre uno y otro?
En ambos casos, la protección frente al polvo es fuerte, de hecho, la máxima que hay. Sin embargo, los móviles que ofrecen IP67 son sumergibles solo hasta 1 metro de profundidad y durante como máximo 30 minutos.
Los IP68, en cambio, se pueden sumergir más de un metro durante 30 minutos. El fabricante debe especificar los metros que soporta la protección, pero lo habitual es que se encuentren entre 1.5 y 3 metros.
¿Y en qué influye la profundidad en la protección frente al agua? Cuanta más distancia haya entre el dispositivo y la superficie, más presión, que puede hacer que los sellos de cierre acaben cediendo. Si buscas un dispositivo que aguante la presión, deberás buscar dispositivos 5ATM, que sí soportan presión y por lo tanto pueden bajar más metros bajo el agua. Por ejemplo, hay algunos relojes inteligentes y deportivos que ofrecen protección 5ATM, lo que implica que son capaces de soportar el equivalente a la presión de 50 metros de profundidad.
¿Y qué hay de los móviles IP64? ¿Qué indica este valor de protección? Si tienes o estás mirando un móvil con grado de protección IP64, este soportará salpicaduras de agua, pero no agua a alta presión ni inmersión.
De esta forma, si por ejemplo se le cayese un vaso de agua encima no pasaría nada, pero si lo metiésemos en ese mismo vaso durante varios minutos… ¡adiós!